Un equipo de liturgia: es un instrumento de primer orden para garantizar no sólo la buena imagen y la marcha de una celebración, sino también para la pastoral de la liturgia y de los sacramentos.
Para darle estabilidad y prestancia al equipo litúrgico debe tener presencia asegurada en el consejo pastoral de la parroquia.
La preparación de las celebraciones litúrgicas debe hacerse por todas aquellas personas que han de intervenir en ellas (monitor, lector, cantores, etc.), incluyendo los mismos fieles. Por tanto, las diversas personas que ejercen las diversas funciones deben formar el equipo litúrgico y, a poder ser con algunos representantes de los fieles.
El equipo debe estar en coordinación con el rector o el presidente de la asamblea litúrgica. Esta coordinación es indispensable y constituye también un servicio para el bien de todos. El presidente no puede abandonar en manos del equipo su responsabilidad y su ministerio, él debe estar, a ser posible, en la preparación. Mucho más si se trata de un equipo de reciente creación.
El equipo de liturgia consta de:
Ciriales (Ceroferarios):
Cruz Procesional o Cruz alta:
Lectores y Salmistas:
Incensario (Turiferario):